Durante las semanas previas a las elecciones,
los debates fueron esencialmente políticos
y no se prestó mayor atención al tema económico
Si bien parecería razonable que el foco
esté puesto en la disputa sobre
un universo mayor de ideas
Las propuestas de los candidatos,
aún con varios economistas
en las listas de la oposición,
no tomaron la coyuntura económica
y esta no fue puesta en discusión
Sorprende que en elecciones anteriores
la cuestión económica ha tenido
siempre una centralidad mayor
¿Qué ha marcado la diferencia en este
caso?
Las predicciones apocalípticas de economistas,
consultores y políticos en campaña
han estado tan lejos de la realidad,
que la agenda de los medios hegemónicos
tuvo que mirar para otro lado
Todos los augurios de estancamiento y recesión
han sido puestos en
ridículo por el ciclo ascendente
del nivel de actividad mostrado tanto
por datos públicos como privados
lo que debería llevar a “gurúes y
pitonisos” al un acto de contrición
que redunde en no confundir deseo
con realidad
En este asunto, ha sido líder el senador radical Ernesto
Sanz que,
como símbolo de la impotencia opositora para aportar ideas
nos advertía en abril –justo el mes en que comenzaba la recuperación-
que “la economía no está bien, y ojalá siga así hasta octubre"
Tanto la información estadística pública y privada,
como la realidad
misma son incontrastable evidencia
de que las variables económicas
siguen mostrando fortalezas,
aún en períodos de desaceleración de la
economía mundial,
dando cuenta además de que se está muy lejos
del fin
de ciclo que se pronostica compulsivamente cada año electoral
En este
sentido, las políticas contracíclicas,
tanto de corto como de largo
plazo que se han tomado,
son la base de este escenario, donde Argentina
es el país suramericano que más creció en el último trimestre
Para los próximos meses
el panorama de buenas noticias
no se alterará
lo que permite prever que tendremos una segunda etapa
de campaña
electoral hacia octubre donde la coyuntura económica
será soslayada y
seguramente se girará hacia el debate
de la agenda de “futuro”, donde la
oposición ya ha esbozado
un punteo de temas donde parecen coincidir
los
candidatos del PRO con los del Frente Renovador
y que apunta a
políticas sustentadas en líneas de pensamiento que ya experimentamos en
nuestra historia reciente:
como la vuelta al endeudamiento externo,
la
revisión de la nacionalización de las AFJP
y el establecimiento de metas
de inflación en materia monetaria,
temas que sería importante que se
explicaran a fondo,
y no como meras consignas de campaña
o guiños
electorales a determinados
sectores e intereses concentrados
Alejandro Robba
Economista
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