Nacemos ingenuos y hasta los cinco años,
poco más 
poco menos, persistimos en esa inocencia
Basta con recordar con qué 
naturalidad aceptábamos
que a Pinocho le creciera la nariz cada vez que 
mentía,
o recordar de qué modo nos comportábamos en una función de 
títeres
No había duda de que el rey, el príncipe, la princesa, el ogro y
 la bruja
eran muñecos de madera manejados por hombres y mujeres de 
verdad
que nada hacían por disimular su condición de ejecutantes
Aunque
 mentira, necesitábamos verlo y sentirlo como verdadero:
 no bien la 
bruja o el ogro se disponían a secuestrar a la princesa,
a grito pelado 
intentábamos despertar al rey dormido
mientras pedíamos la presencia del
 príncipe
El rey no siempre se despertaba,
pero el príncipe 
afortunadamente llegaba a tiempo
y todo volvía a la normalidad: risas y 
aplausos
La tarde en que nos enteramos
que los Reyes Magos
son los 
padres dejamos de ser crédulos
y decretamos el fin de la ingenuidad
Hay
 ciertos programas de TV
que recurren a esa ingenuidad infantil,
aunque 
se emitan fuera del horario de protección al menor
El conductor de uno 
de ellos se empeña
en inventarles viajes a las primeras autoridades del 
país
Hace unos meses reveló, astuto,
que el vicepresidente de la Nación
había viajado por unas horas a Colonia,
cargando dos abultados bolsos
El pasado domingo mostró otro viaje misterioso,
la viajera en este caso 
era la Presidenta de la Nación
y el destino no fue la vecina costa 
uruguaya sino la República de Seychelles,
un centenar de islas en el 
océano Indico
El público que asistió al programa
aplaudía con el mismo 
deleite y la misma ingenuidad
con que, cuando pequeños,
habían aplaudido
 la aparición del príncipe justiciero
El viaje del vicepresidente,
se supo, jamás existió:
ese día y a esa
 hora estaba en el Congreso de la Nación
homenajeando a un político 
extranjero de visita oficial al país
La Presidenta sí estuvo en 
Seychelles
El martes 22 de enero a las tres de la madrugada,
el avión 
que la traía desde Vietnam
hizo una escala técnica en el aeropuerto de 
Mahe
y ese mismo martes a las seis de la tarde
partió rumbo a Buenos 
Aires
Unas pocas horas fueron suficientes
para que el incisivo 
periodista montara su sarcástico show,
tal vez financiado por alguna 
empresa de turismo de Seychelles:
hay que destacar la calidad con que el
 hombre
mostró a sus televidentes la belleza de esas islas,
realmente 
paradisíacas
Es cierto que además desplegó
una serie de interrogantes 
acerca de la compleja trama
del lavado de dinero,
ilustrados con viajes a
 otros sitios del mundo,
¿también financiados por empresas de turismo?
Para interiorizarse acerca del lavado de dinero,
le hubiera sido más 
efectivo y más económico
consultar al argentino ex vicepresidente de 
JP-Morgan Chase de Nueva York,
quien desde hace años viene denunciado 
oscuras operaciones de lavado,
de las que él ha sido testigo directo
Un
 grupo hegemónico vinculado
a los medios gráficos y audiovisuales
de 
nuestro país integra
la lista de las empresas denunciadas y,
curiosamente, ningún juez 
uiere hacerse cargo de esa denuncia
El día en que dejamos atrás nuestra ingenuidad infantil,
las 
marionetas se convierten simplemente en graciosas figuras de madera;
sin
 embargo, no nos sorprende que Gregorio Samsa
despierte transformado en 
un enorme insecto
Hay una abismal diferencia entre un lector de Kafka
y
 un pequeño espectador de una función de títeres
El adulto acepta la 
ficción como tal y,
por consiguiente, le parece lógico el destino del 
infortunado Samsa;
el pequeño, en cambio, vive la ficción como real y,
por consiguiente, grita de alegría cuando aparece el príncipe 
justiciero
Este periodista animador de TV,
mediante una mezcla de 
política y circo,
trata a su público adulto como si fueran
pequeños e 
ingenuos espectadores
de una función de títeres
Lo verdaderamente 
inquietante
es que ese público acepta el trato
mientras pega entusiastas
 saltitos de alegría
 Vicente Battista
escritor 

 

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