lunes, 26 de agosto de 2013

Leopoldo Moreau: Un severo retroceso democrático




Estoy azorado con la decisión
de la Corte Suprema
de convocar a una audiencia pública
destinada a recoger opiniones
respecto a la constitucionalidad o no
de la Ley de Medios


No tengo dudas de que se trata
de una maniobra dilatoria



También tengo
–a riesgo de equivocarme–
la certeza de que una mayoría del cuerpo
ya resolvió declarar la inconstitucionalidad de un artículo:
aquel que prevé un límite de licencias



El corazón de la ley

En cuanto a la audiencia pública,
es cuánto menos insólito que la Corte convoque
en un pie de igualdad al Estado y a un grupo económico
para que expongan sobre lo que ya fundamentaron largamente
en un proceso judicial

Más sorprendente es que se llame a participar a cinco ONG,
por cada parte, para que en el supuesto rol de "amigos del tribunal"
vuelquen sus opiniones

¿Opiniones sobre qué?

Se supone que la Corte conoce el derecho y,
sobre lo que tiene que fallar, es una cuestión de puro derecho




¿Las ONG van a enseñarles
a los miembros del tribunal
cómo interpretar el derecho constitucional?


¿Acaso la opinión de esas ONG, que tal vez reciban,
en algún caso, aportes privados o estatales,
es más importante que el debate de los legisladores,
que las opiniones ya vertidas por los fiscales de primera y segunda instancia,
que los fallos del juez de primera instancia, la Cámara Civil y Comercial
y que el dictamen de la procuradora fiscal?


Algunos remiten a la audiencia que la Corte patrocinó
respecto a la situación del Riachuelo como antecedente
 
Nada tiene que ver porque en esa reunión
se trataba de conocer "los hechos" y no "el derecho"

Además, esta audiencia la han convocado
a pocos días de finalizado el escrutinio de las PASO,
como si el "clima de época" fuera lo que determina las acciones del tribunal


Ahora, tratan de pasar la decisión para después
de los comicios de octubre, agregando fojas a un expediente
sobre el que ya debería haberse fallado




Espero que no utilicen,
como argumento para decretar la inconstitucionalidad del artículo 45
la falacia de que los cables, al no circular por el espectro radioeléctrico,
no son objeto de regulación pública

Sería un fundamento insostenible

Efectivamente, los cables no integran el espectro radioeléctrico
pero esa circunstancia no los deja afuera de una ley
que pretende la desmonopolización de medios

Se trata de regular, para que no existan concentraciones mediáticas
que actúen como tutores de la opinión pública y, por ende,
de la democracia, sin importar el carácter técnico
de esa acumulación de herramientas mediáticas




Así lo entendimos en el gobierno de Raúl Alfonsín
y por esa razón, en abril de 1988,
enviamos al Parlamento un proyecto
–que desgraciadamente no se aprobó por la presión combinada
del Grupo Clarín y el menemismo recién triunfante en la interna justicialista–
de Ley de Medios que era más restrictivo, si se quiere, que la ley actual



Por último, la Corte debe considerar que la cuestión en debate
no es favorecer al Grupo Clarín y perjudicar al gobierno, o viceversa



Está en discusión si el Estado tiene la facultad
de sancionar normas antimonopólicas o si, por el contario,
estamos condenados a tolerar la concentración


La Cámara Civil y Comercial tuvo la desfachatez
de fundar su fallo en favor de la inconstitucionalidad
afirmando que la desinversión hacía inviable
la ecuación económica de la empresa


Ese criterio se da de narices con un reciente fallo de la Corte
en favor de la llamada libertad sindical
que promueve la descentralización de los gremios
por rama de producción, habilitando a los sindicatos
que carecen de personería gremial para ser parte de las paritarias


Esta decisión debilitará, sin lugar a dudas,
el poder económico de los grandes gremios

No vaya a ser que ahora, por una parte,
un fallo de la Corte fortalezca doctrinariamente
la concentración de poder económico en grupos monopólicos y,
con otro fallo, haya desprotegido en la negociación colectiva
al eslabón más débil de la cadena que son los trabajadores


De confirmarse que,
al rechazo de la constitucionalidad del artículo madre de la Ley de Medios,
se sumarían sentencias que desfinanciarían el sistema de la seguridad social,
estaríamos en presencia de un retorno a un escenario propicio
para una restauración neoliberal y frente a un severo retroceso democrático






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