miércoles, 21 de agosto de 2013

"donde la realidad subyacente queda envuelta en un mar de falsedades"



 
 
Dos proyectos de país en pugna
 
 
Cuando un gobierno popular avanza,
los que expresan otro proyecto de país intentan
disimular la confrontación histórica
 

 
 
con el lenguaje de olvidar el pasado,
superar las diferencias,
mirar el futuro,
unirse y sólo buscar
las coincidencias


Un discurso donde la realidad subyacente
queda envuelta en un mar de falsedades


Gobernar sin conflicto y confrontación
 es el equivalente a la peregrina teoría
que se puede gobernar sin afectar a nadie


 
 
 
 
El ensayista Alejandro Horowicz sostiene al respecto:
 
“La simplota confianza en que
“la buena voluntad”
y el “gesto amable”
navegan por encima del conflicto social;
más aún, el conflicto mismo sólo
sería un malentendido
al que un diálogo razonable
podría poner fin,
y esto sería por responsabilidad personal
de “los políticos”
 
 
es obviar que gobernar no puede ser otra cosa
que satisfacer intereses en conflicto;
 y que toda política por su naturaleza,
termina por reducirse en última instancia
a defender o atacar intereses de clase”



En la Argentina, el poder económico
no tiene partidos de derecha explícita
que le garantice su acceso al gobierno
 
La única vez que en democracia,
gobierno y poder económico encontraron
un punto de encuentro total fue en las presidencias
de Carlos Menem, a continuación que se olvidara
y desmintiera a sus promesas electorales



El ensayista italiano Lucio Colleti sostenía:
 
“La democracia burguesa,
la democracia liberal,
es el poder de la minoría contra la mayoría,
de la parte contra el todo,
de los pocos contra el pueblo”
 
Bajo un escenario democrático de origen,
los pocos disuelven el triunfo en las urnas
y terminan imponiendo el poder
de la minoría sobre las mayorías
 
 
 



El poder económico no tiene votos,
jaqueó a los gobiernos populares a través
de la irrupción de las Fuerzas Armadas
 
En 1930, 1955, 1966 y 1976
los gobiernos de transformación fueron expulsados
 
 
 
“En la Argentina,
la historia de la ilegalidad hasta ahora,
es la historia de la contra revolución”
Alejandro Horowicz
 
 
 
 

El establishment
luego de la salida de las fuerzas armadas del escenario
reemplazó su poder de fuego con la prensa dominante,
que alentó las corridas cambiarias,
la fuga de capitales del poder económico
y el generalmente infundado descontento de las clases medias
 
 
 
Por eso el joven y talentoso periodista Martín Rodríguez ha escrito:
 
“La clase media es el hecho maldito del país peronista”
 
 
El argumento
que hace pie
en la moralina de las clases medias
se basa en algunos hechos reales
y otros maliciosamente falsos,
su caballito de batalla
 
"la corrupción"


Sobre el moralismo de las clases medias,
el ensayista de la izquierda nacional
Jorge Enea Spilimbergo
escribió hace cerca de sesenta años:
 
“No hay político “democrático” ni usufructuario
en general del 16 de septiembre que no presente
al gobierno caído como una banda de facinerosos
que logró mantenerse diez años en el poder,
gracias a la ignorancia de las mayorías"
 
 
 

"el tema del moralismo en la política
es parte de la táctica oligárquica de dividir
el frente del pueblo,
aislando a sus sectores
más revolucionarios y consecuentes:
el proletariado y las masas pobres del interior,
de la pequeña burguesía urbana y rural”


León Trotzky
sostenía lúcidamente que
 
“cuándo un pequeño burgués habla de moral
hay que echar mano al bolsillo,
porque la cartera está en peligro”





Bruno Bimbi
el periodista en la misma sintonía, 
 
“El honestismo y los ladrones”
 
 
“Imaginemos un funcionario honesto,
no importa si presidente, ministro, diputado o juez
¿Alcanzaría su honestidad para hacer del país,
la provincia o la ciudad donde ejerce su función
un lugar mejor para vivir?”
 
“Decir que si,
sería como pensar que basta
una buena ortografía para hacer literatura"
 
 
 
 "La política es la lucha
entre diferentes visiones de mundo,
entre diferentes proyectos de futuro colectivo,
y no apenas un mecanismo
para seleccionar administradores incorruptibles"
 
"Si no, elegiríamos a los gobernantes
por concurso público,
analizando su curriculum,
investigando sus antecedentes
y tomándoles examen,
y no votando”




La oposición se junta,
se amontona, alrededor de la consigna:
 
 
 
 
“Hay que frenar al kirchnerismo”
y levantan mayoritariamente
la bandera del honestismo


 
Como dijo Francisco de Narváez 
 
“Aquí no importa quién viene
sino quién se tiene que ir en el 2015"
 
 
 


No lo hacen fundamentalmente
por los errores y limitaciones del gobierno
sino por lo que hizo bien
 
Sobre esa oposición Bruno Bimbi escribió:
 
“Carente de un discurso convincente
sobre cualquier cosa,
disponibles para defender intereses del mejor postor,
juegan al honestismo
 
De Narváez hablando
de la corrupción kirchnerista
es como Carlos Monzón
denunciando violencia de género”


Por eso quienes proponen
“la nueva política
 intentan en realidad hacerle un maquillaje
para retornar al pre kirchnerismo
 
 
 
El gobierno tiene la enorme ventaja
de las concreciones realizadas
y el contrapeso de los 10 años transcurridos
 
 
 
 
 
 
Pero a diferencia de la oposición puede decir,
aunque sea parcialmente,
como decía William Shakespeare:
 
“Somos lo que hacemos,
no lo que decimos
y menos lo que creemos que somos”
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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