domingo, 11 de agosto de 2013

La estrategia de maniatar la libertad





Un problema filosófico
surge cuando se pone en evidencia que,
sobre un concepto aparentemente
estable en su significación,
hay lecturas opacadas que no salen a luz

Es que en ningún otro lugar
se juega todas sus fichas el poder,
como en el saber:

desde la definición de una categoría
hasta su instalación como sentido común cotidiano







Es por esto que en nuestros tiempos,
la cuestión de los medios se ha vuelto central:
el poder ante todo
“decide”
frente a la indecidibilidad de cualquier término;
esto es, lo sustrae de su libertad




La libertad de todo concepto de ser abierto
y en constante reinvención

Por eso un buen monopolio
debe ante todo apropiarse
de la idea de libertad y maniatarla







Quitarle sus grises
Cristalizarla en un sentido único
 Apresarla


Si la libertad se define
de un único modo,
ya no es la libertad

Un problema filosófico bien terrenal
se manifiesta cuando en nombre de la libertad
se prohíben otras voces,
se ocultan otras perspectivas,
se exige silencio







Históricamente,
las sociedades capitalistas han emparentado
la libertad a la seguridad,
lo propio a la propiedad privada

Y en una comunidad libre,
la voz del otro siempre es prioritaria,
ya que el alineamiento de la libertad individualista
con la propiedad privada 
olo genera un mundo con libertad
 para los que están adentro
y carencia para los que están afuera

De hecho,
el mismo término “delincuente”,
lleva en su origen la idea de una falta
(cometer una “falta”)
y el poder necesita ejercerse
sobre sus propios delincuentes

Solo habrá libertad plena
cuando nadie se adjudique
ser su propietario…



Darío Sztajnszrajber






 

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