lunes, 30 de septiembre de 2013

Eduardo Aliverti: ¿Vale todo en campaña?





Aunque se sabe que, en campaña,
cualquier candidato y fuerza política

se permite más licencias que lo habitual
en materia de afirmaciones y promesas


A veces es necesario reparar en los detalles


Hace apenas tres años recién cumplidos,
en agosto de 2010, Sergio Massa
expresaba que quería acompañar el esfuerzo del gobierno nacional
en la compra de netbooks para estudiantes y docentes de todo el país




Prometía que a partir de marzo de 2011 
 –a través de aulas móviles para las escuelas primarias–
complementaría ese brío gubernamental
para que todos los chicos de Tigre
tuvieran la posibilidad de acceder a su computadora

Alegremente, Massa acaba de decir
que una de sus preocupaciones es

“el uso de la plata de trabajadores y jubilados
para destinos que no tienen nada que ver
con la seguridad social,
como es la compra de computadoras” (?)





Esta contradicción notable, pero nada insólita
merece varias consideraciones




La primera es que las computadoras del plan Conectar Igualdad
no son financiadas por la Anses, que sólo aporta distribución y logística,
sino con recursos del Tesoro Nacional mediante el Ministerio de Economía




¿Puede Massa desconocer eso?

La respuesta negativa
es tan escandalosamente obvia
como el hecho de que el propio Massa
fue nada menos que jefe
de la Anses y de Gabinete

El intendente de Tigre
no volvió a hablar del tema


 Tampoco se lo reprocharon desde sus usinas de propaganda mediática y,
sobre todo, a nadie le pareció que semejante yerro fuese un ardid de campaña

 Pero a esas omisiones no se les llama “periodismo militante”,
al igual que a la superchería de insistir
con la manipulación de los fondos previsionales




A más de dirigentes opositores, numerosos colegas y del área económica
–muchos de los cuales supieron abrevar en posturas progresistas–
persisten en hablar del uso de la plata de los jubilados para otra cosa


Al margen del entusiasmo o silencio cómplices
cuando ese dinero estaba en manos de las AFJP,
uno de los curros más fenomenales
de nuestra historia reciente,
literalmente no existe que “la plata de los (futuros) jubilados”
pueda ser inmovilizada en una cuenta que no se toca

Es un precepto tan descabellado que, incluso,
genera cierto pudor desmontarlo,
pero es indudable que algunas prédicas son eficientes para generar
repetidores seriales de tonterías

Y en todo caso, si hubo estafadores profesionales e institucionalizados
que usaron los fondos jubilatorios para timbas de todo orden fueron,
justamente, las administradoras privadas del auge menemista




La única garantía de base,
para que la plata jubilatoria
 vaya a ser satisfecha en tiempo y forma
 es una economía pujante, en crecimiento



 
Con fondos gestionados de tal forma
que aseguren su reparto para la etapa indicada


¿De dónde supone, Doña Rosa,
que pueden avalarse
dos aumentos fijos por año y la certeza primaria
de que habrá de cobrar lo que le prometen,
en la actualidad y cuando el salario diferido
que es la jubilación deba efectivizarse?


¿De una caja de ahorro inamovible comida por la inflación
que tanto se cuestiona, y bien cuestionada que está?

¿O de una ingeniería de inversiones activas,
motorizadas desde el Estado
gracias a políticas de agrandamiento productivo?


No debería poder creerse
que haya que subrayar esto una y otra vez

Massa ¿qué haría?
¿Sentarse a contemplarlos o administrar?




Como, hasta ahora y por fuera del oficialismo,
no hay quien le pida cuentas de esa semillita
que solamente junta por derecha,

podría observarse que Massa
incurrió en su primer sincericidio


Y que ése es un dato positivo,
de cara a comenzar a revelar
lo que verdaderamente haría

si en 2015 se transformara
en una opción de poder real


En algún momento, dicen en esferas kirchneristas,
le será imposible seguir jugando con la ambigüedad

El autor lo pone en duda, porque tal vez se trate de que el alcalde de Tigre
ya es mucho más lo que construyen, y lo que quiere verse de él, que lo que es


Creíble o no 

Sería de aspirar  que quienes se paran
enfrente del Gobierno tengan alguna
honestidad intelectual
a la hora de volcar
sus críticas despiadadas




Puede ser y es, pero no debería,
que sólo el oficialismo sea sometido al escudriño
de la coherencia entre discurso y acción

Porque, faltan dos años y pico para el “fin de ciclo” que tanto desean

¿Qué quieren? ¿Un gobierno inerte? 

Pero, más que cualquier otro aspecto para un debate de buena leche,
¿por qué esa vara tan desigual para juzgar a los unos y a los otros?

¿Por qué si un candidato no se define explícitamente respecto de nada,
o es capaz de demagogizar sobre la plata de los jubilados,
resulta ser un articulador atractivo de la debacle kirchnerista
y no un charlatán de campaña?

¿Por qué tienen y ganan espacio figuras que se remiten
a hablar en contra de la corrupción, como si ese expediente bastara y sobrara
para ser un gobernante eficaz?

¿Y por qué todo accionar o retórica oficial es nada más
que hipocresía ocultadora de robo y engaño barato?

¿Es eso intelectualmente justo?




La intervención de Cristina
ante la Asamblea General de las Naciones Unidas

fue de una firmeza impresionante




que puede despertar
tantos elogios como denuestos
según sea la postura ideológica de cada quien


Podía ocurrir el descrédito,
pero jamás la indiferencia,
la relativización, el hacer casi como si nada

Sin embargo, eso fue lo sucedido en la oposición mediática y dirigencial,
excepto por haber destacado la exigencia a Irán de que cumpla su palabra 
 para investigar el atentado a la AMIA




La Presidenta le contestó en términos durísimos a la jefa del FMI,
quien había amenazado con sacarle “tarjeta roja” a la Argentina
por las estadísticas del Indec

Le dijo que nuestro país
no es un cuadro de fútbol,
sino una nación soberana,
que no aceptará amenaza alguna

Les dijo a los EE UU que hoy ya no pueden hablar
del efecto Caipirinha, ni del Tequila ni del Arroz,
ni de los efectos que siempre denotaban que las crisis financieras
venían de los países emergentes hacia el centro

“Hoy, si tuviéramos que ponerle un nombre,
deberíamos decir, tal vez, el efecto jazz”

También le dijo a Washington que resulta
“incomprensible”
haberse dado cuenta de la gravedad del conflicto en Siria
cuando lleva ya dos años y medio,
“con 150 mil muertos y el 99,99 por ciento
de los muertos por armas convencionales y no químicas”

Y les dijo entonces a sus pares y primeros ministros 
 que esa preocupación por Siria es una mentira,
y les enrostró desde el holocausto nuclear de Hiroshima y Nagasaki
hasta el napalm en Vietnam




Le dijo a Gran Bretaña que podría ordenar:

el corte de los vuelos entre Malvinas y el continente,
si Londres no abre un canal de diálogo con Argentina

Les dijo a los fondos buitre que los trabajadores argentinos
no tienen por qué pagar la fiesta de los lobbistas

¿Cómo debe entenderse
que semejante batería de definiciones
ante semejante auditorio
no amerite mayores comentarios,
salvo por el odio recalcitrante e irracional
que circula por las redes sociales?


¿La prensa opositora
no tiene nada para contestarle,
a falta de algún dirigente
que reconozca con hidalguía
el tamaño de ese discurso,
así sea para refutar
que fue un discurso y nada más?





Todos tenemos el derecho de creerle
a quien más nos plazca,
pero cuidado:

quienes no tienen ningún problema
en esconderse, desmentirse a sí mismos
o cuestionar absolutamente todo,
pueden estar ofreciendo la medida
de cómo serían gobernando

Un país, en este caso





Eduardo Aliverti

 http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-230173-2013-09-30.html









espacio abierto










No hay comentarios:

Publicar un comentario