domingo, 29 de septiembre de 2013

Émile Zola: "Yo Acuso"



 
"Lo repito con una certeza
aún más vehemente:
 
la verdad está en marcha
y nada la detendrá"
 
"En los horribles días de confusión moral
que estamos viviendo,
en un momento en que la conciencia pública
parece ofuscarse, a ti, Francia, me dirijo,
a la nación, a la patria"


"Denuncio
 
ante la conciencia de la gente decente,
esta presión que los poderes públicos
ejercen sobre la justicia del país
 
Son abominables costumbres políticas
que deshonran a una nación libre"
 
 
 

Émile Zola
2 de abril de 1840 - 29 de septiembre de 1902 

Novelista francés, principal figura del naturalismo literario

Su influencia sobre las generaciones posteriores de escritores
no fue sólo literaria, ya que su actitud de involucrarse
tanto en la literatura
como en la realidad social se transformó
en un paradigma del escritor comprometido
y dominó la escena cultural de occidente
hasta la década de los 70
 
 
 

Así nació la monumental serie:
 
Los Rougon-Macquart, integrada por La fortuna de los Rougon (1871),
La ralea (1871), El vientre de París (1873), La conquista de Plassans (1874),
La caída del Abate Mouret (1875), Su excelencia Eugène Rougon (1876),
La taberna (1877), Una página de amor (1878), Naná (1879),
Lo que se gasta (1882), El paraíso de las damas (1883),
La alegría de vivir (1884), Germinal (1885), La obra (1886),
La tierra (1887), El sueño (1888), La bestia humana (1890),
El dinero (1891), La derrota (1892), y El Doctor Pascal (1893)
 
 

31 volúmenes
que comprenden las veinte novelas
donde trazó la genealogía de más de doscientos personajes
y sus textos fueron tan elogiados como criticados
 
Su obra ensayística comprende volúmenes teóricos sobre el naturalismo, como:
 La novela experimental (1880), El naturalismo en el teatro (1881),
Nuestros autores dramáticos (1881), Los novelistas naturalistas (1881),
Documentos literarios (1881), y Una campaña (1882)
 
También es autor de las series Las tres ciudades, compuesta por
Lourdes (1894),Roma (1896) y París (1898),
y Los cuatro evangelios, integrada por Fecundidad (1899),
Trabajo (1901), Verdad (póstuma, 1903) y Justicia (inacabada)
 
 
 Así como textos de crítica y polémica, entre los que destacan:
Viaje de vuelta (1892), Nueva campaña (1897), y fundamentalmente
 
¡Yo acuso!
(1898)
 
 
 
Un extenso artículo dirigido al Jefe de Estado francés
y publicado originalmente en el periódico L'Aurore,
donde defendió la inocencia del capitán de origen judío A. Dreyfus,
acusado de alta traición a la patria por los militares antisemita
 


"En París,
la verdad avanzaba irresistible,
y ya sabemos de qué modo
estalló la esperada tormenta..."
 
"Tuvo entonces
la brusca convicción
 
de que el dinero constituía
el estiércol en medio
del cual surgía
aquella humanidad
del mañana"
 

El efecto causado por su participación en el Caso Dreyfus
lo posicionó como líder de las fuerzas progresistas
(republicanos y socialistas) que reclamaron al gobierno derechista
la defensa de los derechos humanos en la República
 
 
 
 
 
El gobierno,
apoyado por los partidos conservadores,
el ejército nacionalista y la Iglesia Católica,
lo acusó por injurias y lo persiguió,
por lo que se exilió en Inglaterra hasta que se demostró
la inocencia definitiva de Dreyfus y el complot militar

En 1899 volvió a París y pudo ver indultado a Dreyfus,
y el 29 de septiembre de 1902 murió asfixiado
por la defectuosa combustión de una chimenea,
hecho que suscitó muchas sospechas
dadas las reiteradas amenazas de muerte que había recibido
 
 
 "Todo mi papel de crítico,
pues, es el de estudiar de
dónde venimos y en dónde estamos
 
Cuando me arriesgo a prever adónde vamos,
es una pura especulación por mi parte,
una conclusión lógica"
 
 
 
 
"El pensamiento es un hecho
De todas las obras, la que más fertiliza el mundo"
 
"No soy más que un convencido
soldado de lo verdadero
 Si me equivoco, mis juicios están aquí, impresos,
y dentro de cincuenta años se me juzgará a mí,
se me podrá acusar de injusticia, de ceguera,
de violencia inútil
 
Acepto el veredicto del porvenir" 
 
 

 
"Ahora, el antisemitismo
 
Él es el culpable
Ya dije de qué modo esa terrible campaña,
que nos hace retroceder miles de años,
indigna mis ansias de fraternidad,
mi afán de tolerancia y de emancipación humana"
 
 
 
 
 
 
 
 
 "La realidad y la miseria me oprimen y,
sin embargo, sueño todavía"
 
 
 "Feliz tú,
que puedes tener tanta sangre fría…
 Yo tengo ratos en que me vuelvo loco"
 
 
 
 
 "Si me preguntas para que vine a este mundo,
te responderé:
para vivir en voz alta"
 
 
 
 
HOMENAJE
 
espacio abierto
 
 
 

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