viernes, 4 de octubre de 2013

La ropa interior de Michelle Obama, el escrutinio que sufren las mujeres




A pesar del rol protagónico
en la escena política mundial

que en los últimos años
las mujeres han tenido
 
aún son juzgadas
 en los medios de comunicación
por el modo en el que eligen vestirse


Uno de los casos más resonante es el de la presidenta,
Cristina Fernández de Kirchner, cuyas calzas negras generaron
un revuelo de magnitud nacional y hasta siendo incluso
levantado por medios internacionales




Pero no es el único: críticas similares fueron lanzadas
hacia la alemana Angela Merkel,


 la primera dama de EEUU, Michelle Obama




 o la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton



  
 
El diario Clarín publicó el 20 de septiembre una nota de opinión
que desnuda una idea misógina y anticuada

El artículo cuestiona la elección de la presidenta argentina:
"Seguramente, en la próxima podrá hacer los ajustes para que
las calzas le queden mejor, mirándose al espejo,
recordando su investidura y pensándolo dos veces:

¿en lugar de una calza tan al cuerpo
no sería más coherente un chupín, su variante más holgada?"



 
La repercusión que tuvo el caso de
la Presidenta evidencia
una falta de igualdad de género
que retrasa años de lucha feminista
  
(sin mencionar la falta total de respeto a la presidenta,
a la mujer en general y al mal gusto en particular)



El escrutinio que sufren las mujeres
que están en la política brilla por su ausencia
cuando se trata de los hombres políticos

 Pocas veces se ha visto que ellos sean juzgados
por elegir tal o cual corbata o uno u otro traje
 


"Es asombroso cuánta cobertura informativa
sobre las candidatas es absolutamente rídicula

Que pasaría si se preguntase a un político. por ejemplo:
¿Qué pasa con todos esos trajes, Senador?"
diario El País




 En el caso de la mujer

"Si los medios de comunicación mencionan
el atuendo o cómo va vestida una aspirante política,
su campaña electoral en general se verá pejudicada y tendrá
menos oportunidades de conseguir el triunfo"

"da igual si se hace un comentario neutro y simplemente se describe
lo que lleva puesto, si se alaba su buen gusto o se critica su indumentaria"
especifica El País

 ¿Alguna vez le han preguntado a un presidente o senador
cuánto sale ese traje que tan bien le sienta?



Otro caso es el de la presidenta del FMI,
Christine Lagarde,
quien fue duramente criticada
por comprar vestidos de Alta Costura de Chanel





El look de Hillary Clinton también fue reprobado,
pero esta vez, por estar demasiado desprolija

La prensa estadounidense
la juzgó por no llevar maquillaje (?)


 durante un viaje a la India, y remarcó que
"se veía cansada y abatida"


 
Las mujeres suele ser más criticadas,
en los medios de comunicación
por sus vestimentas, que por sus acciones



Angela Merkel, a cargo del gobierno alemán,
se sintió obligada a dar explicaciones
luego de que el escote de un vestido que eligió
para ir a la Opera generara repercusiones amarillistas




 "Merkel saca pecho"
"Merkel enseña escote"

Eran los titulares que se leían
en los principales medios de comunicación alemanes

"No esperaba provocar tal furor con el traje de noche,
que no era más que un intento de salir de la rigidez
del vestuario de un jefe de Gobierno en una noche de ópera"
se defendió Merkel
 












La ropa interior de Michelle Obama (?)


Que determinados medios dedicados
 a la moda, a lo fashion, al entrenimiento
o directamente al show periodístico




  hagan sus comentarios pertinentes o no,
no nos preocupa, ni nos interesa




Cada uno tiene la libertad de elegir
que le importa más



Lo preocupante es cuando los grandes medios
que se dicen serios (?)


 

utilicen estos enfoques distorsionadores
 para erosionar, tergiversar u ocultar
políticas desarrolladas por esas mujeres



No nos interesa saber que se pusieron
o se dejaron de poner...

Su posicionamiento es lo que nos interesa



 
 No queremos una prensa amarilla
ni una prensa machista,
y si se opone a una determinada política
que se haga de manera clara y explícita





Esta mujer conquistó un pueblo
y su vestuario no fue el motivo


espacio abierto






 










 

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