miércoles, 16 de octubre de 2013

El show no siempre debe continuar: el espectáculo de la criminalización


 
La hibridación entre ficción
y realidad reproduce,
 
desde una operación mediática
 la continua frivolización
de tragedias individuales
 
que se convierten
(sin autorización alguna)
en temáticas centrales
de la vida pública


 
"la modernidad
como un baile de máscaras"
 
Octavio Paz
 definición del poeta



Un rostro no es un conjunto de una frente,
dos ojos, una nariz y una boca,
dado que su significación desborda su imagen
 
Los medios tienden a abusar
de la utilización de los rostros de las víctimas
 
 
 
 
En esa operación las imágenes se resignifican de manera continua,
la repetición produce el desplazamiento de la identificación
con la persona a la identificación con el personaje unilateralmente
creado por los comunicadores
 
En el espectáculo de la criminalización
los que sufren la deshumanización son las víctimas
 
 
 
 
Los estudiosos de la dramaturgia aseguran
que los actores deben reafirmar su condición de tales
en torno de la relación con el público
 
Es decir, quien les otorga la legitimidad para representar
diversos personajes es el espectador
 
 
 
 
Aquí las relaciones se tejen desde diferentes sectores
 
Los medios de comunicación
construyen una representación
de las víctimas adecuada a la lógica
del consumo mediático
 
Como si no hubiese sido suficiente el trágico destino terrenal,
se resignifica su condición y se las manipula
atendiendo las necesidades de los espectadores
 
El público, por último, acepta el desafío y se debate
entre las múltiples explicaciones
esbozadas por los interlocutores de turno
 
Emmanuel Lévinas
filósofo lituano 
 
 
 
 
Los recurrentes ejemplo
 en la prensa argentina
nos permiten pensar que aquí
ni los muertos están exentos de ellas
 
Manipulados hacia una función que nunca quisieron representar,
los medios hegemónicos no vacilan en atribuirles características,
publicar su privacidad y transgredir cualquier tipo de intimidad
 
 
 
 
Familiares, amigos, vecinos,
para todos existe
un papel de reparto
y una caracterización
 
 
Las situaciones se van reproduciendo con la lógica
de una serie que necesita captar
y sostener la tensión de sus espectadores
 
La musicalización, las imágenes,
la producción de lo que antes
era noticia y devino en escena
contribuyen a transformarla en espectáculo
 
Los consumidores reproducen, enfatizan y realizan sus apuestas
 
 
 
 
Los límites se tornan difusos,
las fronteras permeables
 
El show no siempre debe continuar  
 
 

Los consumidores de los melodramas policiales
adoptan una postura activa en el desarrollo de la trama
 
El contraste de hipótesis, la identificación de culpables,
la exoneración de inocentes y las profecías sobre la resolución final
aparecen con llamativa celeridad en el discurso del público
como si se tratase de un capítulo de Mentes criminales, CSI o La ley y el orden
 
El teatro, el cine y la televisión han dejado numerosos ejemplos
de la identificación entre los espectadores y los personajes
 
 
 
 
La tragedia se intensifica
cuando se recuerda
que aquí no hay actores
 
 
 
El aparentemente simpático entretenimiento
que para muchos radica en disfrazarse
de detectives y resolver el misterio
 
se realiza a costa del sufrimiento
(real, no representado)
de otros


  
El show
no siempre debe continuar
 
 
Matías Emiliano Casas
Profesor Magister en Historia (Untref, Conicet)
 
 
 











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