Moyano pasó a la oposición como jefe de la CGT,
con una gran capacidad 
de convocatoria
y suponiendo que tenía un importante capital político 
propio
Entre aquel momento y el acto de ayer,
Moyano transitó el camino
 de ripio de la realidad
El famoso partido nunca pasó del sello
 El dirigente camionero no pudo encabezar
una propuesta política propia 
ni colectiva,
aunque lo intentó,
al punto de poner en tensión a algunos 
de los gremios
que lo acompañan en su CGT
No pudo hacerlo alrededor de 
su figura
y ni siquiera aparece como parte de un armado
Lo más que pudo
 lograr fue colocar a Omar Plaini
en la lista de Francisco de Narváez
 La parábola de Moyano parece una ley
que se aplica a los dirigentes 
del kirchnerismo
 que dan el salto a la oposición
Mantienen cierta 
convocatoria mezclada durante un tiempo,
hasta que pierden el sector 
kirchnerista de su convocatoria
y quedan con su capital real
Son como aviones en un despegue
Carretean con la carga que 
consiguen llevarse del oficialismo
Si pueden despegar antes de perder 
esa carga, tienen la posibilidad de crecer
Si pierden el plus 
kirchnerista antes de despegar, se quedan de a pie
Es un recorrido del 
que no se salvó ninguno
y que seguramente también deberá caminar Sergio 
Massa

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