miércoles, 31 de julio de 2013

Rodolfo Ortega Peña: “La sangre derramada jamás será negociada”


 
 
 
Al asumir como diputado nacional
juró con la consigna
de las organizaciones revolucionarias:
 
“La sangre derramada jamás será negociada”
 
y se separó del bloque justicialista
para conformar un bloque unipersonal
 
 
 
 
 
Tras la muerte de Perón
y el recrudecimiento de las amenazas,
un grupo de amigos le planteó la posibilidad
de que renunciara y viajara al exterior
 
 
Ortega Peña se negó
y rechazó también que le pusieran custodia
 
 
 
 
 
El 31 de julio de 1974
cuando descendía de un taxi,
tras almorzar con su mujer,
Helena Villagra,
tres hombres que lo seguían en un Fairlane verde
lo acribillaron a balazos
 
 
 
 
Fue velado en la Federación Gráfica Bonaerense
y miles de personas acompañaron el féretro hasta la Chacarita,
donde fueron reprimidos por la policía
 
El crimen había sido certero, la democracia se achicaba,
el Parlamento no tenía espacio para la voz de Ortega Peña
 
 

 
Ortega Peña, el diputado rebelde
 
 

Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Duhalde (1973)

 
 
La Triple A asesinaba en pleno centro
al diputado Rodolfo Ortega Peña,
expresión del peronismo revolucionario
 
Comenzaba así la larga lista de crímenes que llevaría al golpe 








Se recibió de abogado a los 20 años
haciendo al mismo tiempo la carrera de Filosofía,
estudiando luego Ciencias Económicas
 
 
 
 
 
polemizó con el filósofo español Julián Marías
sobre la ontología de Miguel de Unamuno;
con Carlos Cossion sobre la teoría ontológica del derecho;
con Tulio Halperín Donghi sobre la significación del Facundo (de Sarmiento);
con Leopoldo marechal y Ernesto Sábato sobre la estructura de la novela;
con Córdova Iturburu sobre las pinturas rupestres de Cerro Colorado









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