sábado, 27 de julio de 2013

Brasil. ¿Qué es lo que hace que un país sea grande?



 
Brasil construye su futuro
El siglo XXI se presenta promisorio
 
 
Brasil vive un asombroso crecimiento económico
y es uno de los protagonistas en el nuevo orden internacional
 
Pero las desigualdades y el atraso social
le impiden ser un país verdaderamente rico:
económica, social y culturalmente
 
 
 
 
 
¿Qué es lo que hace que un país sea grande?
¿Es la extensión de su territorio, su PIB, la riqueza de su suelo,
su poder militar, su lugar en la configuración geopolítica mundial?
 
¿O debería ser, además, la erradicación del hambre de su pueblo,
el nivel de educación de sus habitantes, la igualdad social,
la equidad en la distribución de la renta y el acceso a la vivienda?


Más allá de la inmensidad de su territorio
 (Brasil es el quinto país del mundo en cuanto a extensión, después de China)
 
Si se toman en cuenta indicadores económicos,
entonces Brasil es uno de los grandes:
 
Su PBI ha crecido en promedio un 4% anual
en la primera década de este siglo
y su economía podría alcanzar
el quinto puesto mundial en los próximos años
 



Ahora bien, si se miden los indicadores sociales,
el balance es menos alentador,
a pesar de los innegables avances de la última década
 
En efecto, el país estaría cerca de alcanzar
el menor nivel de desigualdad desde la década del 60,
cuando comenzaron a contabilizarse estos datos
 
 
 
Pero la pobreza y la desigualdad estructurales de Brasil
no se resuelven con un asombroso superávit comercial
 
La contracara de ese indudable crecimiento es múltiple:
el narcotráfico, la violencia, la corrupción
y los problemas en la distribución de la tierra
La mayoría de las víctimas de la violencia son negros,
pobres y habitantes de favelas, una combinación explosiva
que saca a la luz, además, un problema a menudo silenciado:
la fuerte discriminación racial, heredada del pasado esclavista
y de su estructura latifundista y patriarcal, aún vigentes





El lastre de la esclavitud


La tardía abolición de la esclavitud
(en 1888, la última de América Latina)
en un país que concentra, incluso actualmente,
la mayor población negra fuera de África (1)
 
Víctimas de la violencia policial, los negros y mulatos
perciben salarios más bajos que los blancos,
ocupan empleos menos calificados y tienen
una visibilidad muy poco significativa
o prácticamente nulaen cargos públicos


Resulta sorprendente aún hoy la desidia
de las elites políticas respecto a este tema
 
Prueba de ello es la Enmienda 438 a la Constitución
que prohíbe el trabajo en condiciones de esclavitud,
que desde hace 17 años espera su aprobación en el Congreso

Su origen, entre otras cosas,
en la negación del racismo como problema


Así, como dice Caetano Veloso en “Noites do Norte”:
“La esclavitud permanecerá por mucho tiempo
como la característica nacional de Brasil”





Ruptura y continuidad

¿cómo llegó Brasil al lugar que ocupa hoy?
Su historia está marcada por rupturas y continuidades
De ahí el carácter híbrido, contradictorio,
difícilmente clasificable de la idiosincrasia del país
 
Se trata, de hecho,
de una potencia económica emergente
con una estructura social atrasada
 
 
 
Tal vez una de las explicaciones del desarrollo del país
esté en su historia moderna, que tuvo al Estado como actor central
 
Fue Getúlio Vargas quien ubicó al Estado
como eje de un proyecto nacionalista, desarrollista e industrializador
Petrobras lleva su sello, y es hoy una de las empresas más grandes del mundo
La larga dictadura militar que tuvo lugar entre 1964-1985,
provocó un quiebre cívico pero no económico,
puesto que los gobiernos de facto no se propusieron
tirar por la borda el esfuerzo industrializador


Más tarde, la ola neoliberal de la década del 90
llegó a las costas de este país, aunque con un poco de retraso
respecto a sus pares latinoamericanos
 
En ese marco, fue Fernando Henrique Cardoso
con su reconocido Plan Real de lucha contra la inflación,
marcó un hito que dejaría como resultado
un país socialmente agrietado y económicamente destruido




 
La guerra contra la pobreza

 
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva
se refería al “cambio”
como palabra clave de su gestión
 
Con su liderazgo, Brasil comenzó a resolver
algunas vergonzosas cuentas pendientes,
marcando un quiebre histórico en materia de política social
 
En el contexto de una “guerra contra la pobreza”
Lula adoptó una batería de programas sociales de lo más revolucionarios
(Bolsa Familia es el plan faro del lulismo
y un ejemplo a nivel mundial de política redistributiva)
combinada con una gestión económica ortodoxa,
que continuó la línea de Cardoso,
lo cual le costó fuertes críticas en el seno de su partido


Este delicado equilibrio de fuerzas dejó un balance positivo,
tanto a nivel macroeconómico como social,
sentando las bases de un modelo de crecimiento con inclusión social
 
Sin embargo, no hay que desdeñar las consecuencias
de la prolongada crisis financiera internacional en Brasil,
puesto que el país enfrenta una sobrevaluación del real
que está afectando la competitividad y enfriando su economía en general.


 
 
 
Brasil tiene una historia de eterno desencuentro
con ese destino de grandeza que,
según cree, le está predestinado
 
Ciertamente hoy está más cerca
de ser un grande, y no por el lugar
–que no hay que desestimar pero tampoco sobrevalorar–
que ha sabido hacerse en el sistema internacional,
sino sobre todo por el progreso en materia de equidad
 
Ese es su mayor logro y, todavía hoy, su mayor desafío




1. Según el Censo 2010 (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, IBGE),
sobre un total de más de 190 millones de habitantes, 97 millones son negros o mulatos
 
 
 
 
Luciana Rabinovich
 
 
 

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