lunes, 8 de julio de 2013

Edward Snowden, Señales del fin de un mundo



En un mundo sin dioses,
sin ideales, sin brújulas,
sin otra épica que las tragedias individuales
 
Julian Assange, Bradley Manning o Snowden
 
aparecen como disidentes
cuando han sido o son las piezas maestras
del aparato de control social más sofisticado
de la historia de la especie humana
 
 Edward Snowden, ex técnico informático de la NSA y de la CIA,
no debe estar pasando uno de sus mejores momentos
 
 
 
Nadie duda que el hacker es un cerebro y que denunciar
la falta de escrúpulos del gobierno norteamericano
que opera un programa de escucha y vigilancia 
e cualquier cosa que se mueva y hable en el globo, es un acto de nobleza
 
Pero ¿cómo un personaje con tantas competencias cognitivas
termina trabajando para la policía? Y lo más incomprensible,
¿por qué muchos lo festejan como un héroe contracultural?
 
Se dice que Snowden tuvo algo así como una “conversión”
Es posible
 
Pero también es posible que su “conversión”,
que no hizo más que poner negro sobre blanco
lo que hace no sólo el gobierno de Barack Obama
sino la mayor parte de los gobiernos del planeta,
le cueste cara o muy cara
 
 
 
 
 La operación Snowden revela
que el fin de las llamadas relaciones internacionales y el boato de la diplomacia
están próximos porque solo es una mascarada para traficar información
 
Y para eso, además de modales, se necesitan técnicos, no burócratas de taco y talón
 
Pero la información como tal no interesa ni es necesaria para todos los países
 
La que resulta necesaria es la tecnología para conseguirla
Snowden resulta prescindible, vivo o muerto
El programa que expuso, no
 
 
 
 
La vida de este hombre vale menos
que la de una paloma mensajera
 
 
 
 
 

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