El diario La Nación fue fundado
por un general que participó en algunas batallas
Entre otras, la de Caseros
Cuando uno de sus discípulos, el historiador Adolfo Saldías,
quiso revisar algunos aspectos del gobierno de Rosas,
Mitre fue tajante:
"No se puede revisar una batalla
como si fuera una partida de ajedrez mal jugada"
Es claro que los descendientes de Mitre
en la gestión del periódico han modificado ese pensamiento
En lugar de decir que en el año 1955 hubo una batalla,
prefieren practicar el arte superior de olvido y ya no instalarla
como un principio de época sino como directamente inexistente
Afirman que los gobiernos caen por errores internos
y por temas inherentes a sus propios mandatos,
con lo cual buscan convertir a la historia argentina
en una historia amputada
Con ese mismo criterio deberían
Con ese mismo criterio deberían
amputar la Batalla de Caseros
–que tan orgullosamente defendía Mitre–,
los golpes de estado, el fusilamiento de Di Giovanni,
los fusilamientos de José León Suárez,
los innumerables casos de tortura que hubo
en casi toda la historia militar y policial argentina
De esa manera conseguirían
convertir a la tradición liberal
en una tradición angelical,
que nunca empuñó las armas
y que nunca hizo golpes de estado
Deberían borrar sus propios hechos de la historia
para que su editorial quede fantástico
Ellos afirman que los gobiernos populares
caen por su sordidez, su incapacidad;
esta visión es semejante a casi una visión satánica de la historia
Además, su decisión de buscar invisibilizar
las acciones militares de un grupo que gobernó la Argentina
durante largos años reviste una enorme gravedad
para los días que corren, porque intentan habilitar
la toma de cualquier decisión desestabilizadora
proclamando a los cuatro vientos
que la culpa fue de un mal gobierno
Ese estilo de culpabilización
es uno de los elementos ideológicos
más reaccionarios que tiene hoy el diario
Es bueno aclarar que no todos
los articulistas del diario La Nación
piensan de esa manera
A muchos de ellos, liberales y democráticos,
habría que preguntarles si realmente comparten
esta visión escandalosa de la historia,
donde el liberalismo armado y golpista
prácticamente intenta ser borrado
Y puesto en escena como un sector espectral,
que nunca existió ni disparó ningún tiro
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