El Poder, en este país tiene una puntería con su odio que no falla nunca
No recuerdo dónde fue. No fue en la sala de gabinete. Era un despacho. O el suyo o el de Alberto Fernández
–¿Podés ir armando un grupo de intelectuales?
Pensaba proponerle esa idea. Para mí era un alivio. Juntar cinco, seis tipos de la cultura, sólidos, piolas...
y decirles que teníamos un Presidente que se interesaba por escuchar a los intelectuales
–Claro y qué hacemos con la deuda?
–¿Qué deuda? No hay deuda. La deuda la tienen ellos con nosotros. Les dieron la guita a los militares
Con esa guita fabricaron metralletas, pistolas y picanas. Son cómplices. Tendríamos que pedir que los metieran presos por violación a los derechos humanos. Yo respondería así. Con algo fuerte, inesperado
–Inesperado es. Fuerte también. Posible, no sé
– Pero un gran Presidente siempre tiene que estar loco. Un poco o bastante. Porque hace lo inesperado...!
lo que no está escrito en ninguna parte, lo que va a molestar al poder y a las buenas costumbres
Adelanto de El flaco. Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner, de José Pablo Feinmann
http://tiempo.elargentino.com/notas/perfil-desconocido-de-presidente-que-cambio-historia-argentina
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