se ha concentrado más en ciertos reductos social urbanos, vinculado con historias antiguas de clasismo, racismo, desprecio, gorilismo, defensa a ultranza de intereses propios y desprecio profundo hacia todo
lo que pueda venir coloreado con lo que ellos se imaginan como el demonio populista
Hay en esos sectores un desprecio muy visceral al mundo social popular que es histórico
Esto es central en la disputa que está en juego en la Argentina de hoy
Hay una sociedad muy dañada y llena de conflictos. Y hay que entender que estamos en una etapa de tránsito que, aún sin transformar la matriz de acumulación del capitalismo, está siendo realmente audaz
Sino fuese así, sería absurdo que la corporación mediática lanzara los disparos que lanza sobre el Gobierno
El odio que ha suscitado no se corresponde con un gobierno puramente especulativo, tímido e impostor, como dicen ciertos sectores progresistas
Cuando se disputa lo esencial de una sociedad, que es el poder y la renta, tanto la material como la cultural simbólica, es decir, la riqueza y el salario pero también de la palabra, la imagen, la circulación democrática de los cuerpos y las ideas, el debate es conflictivo
La democracia es un lugar donde se dirimen posiciones divergentes y estructuras litigiosas, sobre todo en una sociedad con tanto por resolver
Es natural que al invertirse el hecho de que el poder político se someta al poder económico, algo que dominó 60 años, aparezca oposición, desde el ´55, todos los gobiernos democráticos fueron chantajeados por las grandes corporaciones económicas. En otros contextos argentinos, eso terminaba en un golpe de Estado
Hoy, por suerte, la abrumadora mayoría de la sociedad no está dispuesta a resignar la democracia y los antagonismos se procesan
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