miércoles, 4 de mayo de 2011

70 años de El Ciudadano

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El 1 de mayo de 1941 se estrenó en Nueva York la ópera prima de Orson Welles, que se convirtió
en un clásico indiscutido del séptimo arte. Se la considera la mejor película de todos los tiempos

Se consagró para siempre en la historia del cine y ganó su único Oscar como “Mejor Guión Original”




Se cumplen siete décadas del debut que marcó un antes y un después en el séptimo arte

El ciudadano (Citizen Kane) revolucionó al mundo con una nueva manera de narrar, comenzando la película con el final y utilizando el flashback para construir el rompecabezas que es la trama Todos los recursos incorporados por Welles –quien dirigió, escribió y actuó- hicieron que esta película se convirtiera en una pieza única, que inauguró una nueva era cinematográfica, que no pudo dejar de mirarla e inspirarse en ella para continuar evolucionando







El filme cuenta la historia de un magnate de los medios, “Charles Foster Kane”, que muere en su mansión, con sus sirvientes como únicos testigos de su fallecimiento. Su última palabra antes de partir es: “Rosebud”. Esto genera una investigación, encabezada por un periodista, que se encarga de entrevistar a todas las personas que trabajaron con “Kane” o estuvieron relacionadas a él de alguna manera, para averiguar el significado de esa misteriosa palabra

Para escribir esta película, junto con Herman Mankiewicz, Welles se inspiró en William Hearst, un multimillonario estadounidense de la época, promotor de la llamada “prensa amarilla” y considerado el dueño del mayor monopolio periodístico de todos los tiempos

Pero su perfil también cobró fama por su afición desmedida por poseer objetos. Compró palacios y obras
de arte de manera compulsiva, y tuvo excentricidades como adquirir el monasterio de Santa María en Segovia
y trasladarlo ladrillo a ladrillo a los Estados Unidos

Basado en la explosiva vida de Hearst, Welles escribió el guión de El ciudadano y, aunque cambió nombres
y referencias, dejó ciertos guiños, como la palabra “Rosebud”, que “Kane” pronuncia antes de morir, que es el apodo con el que el magnate llamaba a Marion Davies, la actriz que era su pareja; o cuando al principio de la película nombran a próceres norteamericanos y Hearst está entre ellos




La película fue un éxito, a pesar de la campaña de desprestigio que lanzó el padre del sensacionalismo,
desde sus diecisiete diarios, algunas decenas de revistas y varias radios

El círculo íntimo del magnate intentó comprar los derechos para que nunca se pudiera estrenar el filme,
pero no lo lograron. Aunque Welles pasó a formar parte de la lista negra de Hollywood

En agosto de 1941, el mismísimo Jorge Luis Borges se ocupó de escribir
la crítica de la película en la revista “Sur”, que concluyó con las siguientes palabras:

“Me atrevo a sospechar, que ‘Citizen Kane’ perdurará como ‘perduran’ ciertos filmes
de (David Wark) Griffith o de (Vsévolod) Pudovkin, cuyo valor histórico nadie niega,
pero que nadie se resigna a rever. Adolece de gigantismo, de pedantería, de tedio

No es inteligente, es genial: en el sentido más nocturno y más alemán de esta mala palabra”


http://www.elargentino.com/nota-135297-medios-125-70-anos-de-El-Ciudadano.html


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