lunes, 30 de mayo de 2011

Juan Carlos Onetti: Dejemos hablar al viento

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La literatura es mentir bien la verdad

1 de julio de 1909 - 30 de mayo de 1994




Y la vida es uno mismo, y uno mismo son los otros



¿Los diarios uruguayos pueden publicar tu nombre?

-Ahora, parece que sí, desde hace un tiempo. Creo que fue desde que me dieron el “Premio de la Crítica”, aquí en España. Hasta no hace mucho, los libreros no se animaban a poner mis libros en los escaparates y en los diarios yo estaba negado. Negado. Los chicos de “El Día”, que es el único diario donde se puede decir algo, ponían: “Como el autor de La vida breve…”; y los tipos pensaban que era Manuel de Falla, y entonces pasaba…

-Eso ocurre a la mayoría de los uruguayos. Quien más, quien menos, todos prohibidos.

-Pero yo, ¿qué pecado cometí? Presidir un jurado de literatura y premiar un cuento que la dictadura consideró pornográfico. Por eso me tuvieron tres meses preso. Y al pobre autor, le dieron como cuatro años. Llegaron telegramas de todo el mundo. Hasta el “New York Times” mandó un telegrama. El jefe de policía preguntó: “¿Pero quién mierda es este Onetti?”




 -¿Cómo aguantaste la cárcel?

-Al principio, muy mal. Me tuvieron ocho días incomunicado. Yo muchas veces elijo la soledad, vos sabés; me meto en el cuarto y que nadie me joda. Pero cuando te obligan, es diferente. Y tenés que pedir permiso para ir al baño… Fue Dolly que me salvó de la claustrofobia. Ella consiguió meter en la celda unas cuantas novelas policiales




Qué vas a hacer con el dinero del premio?

-Yo quiero una casa con jardín y con perro. Me han dicho que los escritores laureados tenemos derecho

-¿Para tomar aire?

-Estás loco. Para quedarme adentro. Escribiendo. Yo he dedicado toda mi vida a escribir, sin esperar ninguna recompensa. En mí, es un vicio

¿Y el sueño? ¿Soñás imágenes o situaciones que después escribís?

-Un sueño realizado. Soñé el final de ese cuento. Ella estaba sentada, tomando cerveza. Pasaba un automóvil y ella caía muerta. Pero en general, olvido los sueños no bien me despierto. Sé que he soñado algo que vale la pena y paf, lo olvido

-A mí me pasa lo mismo. Se me escapan los sueños. Tengo envidia de Helena, que sueña cosas maravillosas y las recuerda enteras. En ella, es una forma de creación. La otra noche soñó que iba al mercado de sueños, a elegir sueños hermosos, y recorría los puestos de sueños, buscando aromas, colores…

-¡Te jodiste! Ya te lo robé. Lo escribo mañana. Tomá. Tomate un vinito. Lo merecés


Extracto entrevista Galeano - Onetti




Homenaje - espacio abierto




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