sábado, 18 de junio de 2011

La revuelta estudiantil en Chile

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Alrededor de 100 mil personas, de acuerdo a cifras oficiales

A pesar de que en 1997 el sociólogo Tomás Moulián desmontara el mito del Chile exitoso

En su libro "Chile actual - anatomía de un mito", los sucesivos gobiernos de la Concertación
continuaron repitiendo el latiguillo de los éxitos obtenidos, que también eran elogiados por los principales organismos financieros internacionales y los medios de comunicación más importantes
de América Latina 




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Sin embargo, Chile está muy lejos de los “tigres asiáticos” con los cuales intentaba compararse,
o de ser considerado un país desarrollado e industrializado porque sus ingresos todavía dependen
de los vaivenes del precio del cobre

Según datos actualizados a junio de 2011 del ministerio de relaciones exteriores el cobre representa

más del cincuenta por ciento de las exportaciones, seguido de la fruta fresca, alimentos procesados

En otras palabras, Chile es un típico país exportador de materias primas

El sistema educativo fue uno de los mitos del “modelo” que estalló a los pocos meses de asumir la presidencia Michelle Bachelet en 2006 cuando la revuelta de los estudiantes secundarios -conocidos como "pingüinos"- mostró que los colegios se caían a pedazos



 



Los estudiantes no denunciaron solamente el problema de los edificios,
también cuestionaron las profundas desigualdades de la educación chilena

En junio 2011, otra vez los estudiantes salieron a las calles para exigir que la educación

deje de ser vista como un bien del mercado y se convierta en un derecho de todos







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Pero en el poder ya no está la Concertación

rehén de su propia historia y de un doble discurso que intentaba mantener
el equilibrio entre el modelo neoliberal impuesto por la dictadura y un discurso progresista

El partido socialista, perseguido y diezmado por los militares, negoció con la democracia cristiana

-que en gran medida apoyó el golpe de Estado de 1973- para formar una coalición

Ambos, una vez en el gobierno tuvieron que lidiar con la presión de los militares y los fuertes partidos
de derecha en el parlamento; por eso no se atrevieron a tocar lo esencial del modelo heredado ni la constitución elaborada por Pinochet en 1980



Pero los jóvenes que ahora se movilizan no vivieron la dictadura
en carne propia ni fueron parte de aquellos acuerdos políticos

Con el ministro de educación Joaquín Lavin y el presidente Sebastián Piñera ya no hay dobles discursos

Tal vez estos jóvenes, que representan a una nueva generación
y no son rehenes del pasado, puedan sacarse de encima la pesada herencia de la dictadura


Pedro Brieger
http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=226223&id=429164&dis=1&sec=1




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