La sentencia es una obsesión
que recorre
el discurso político
de candidatos y analistas
en estos meses electorales
“fin de ciclo”
si quienes la vocean pudieran
darle más contenido que al deseo
de un cambio de gobierno,
sería más esclarecedor
Podría determinarse qué encierra
esa noción de cierre de un período político
En ese espacio conceptual tan abierto
ingresa la idea de la culminación de la experiencia kirchnerista;
la renovación del gobierno con otra figura política en 2015
porque no hay reelección presidencial;
la advertencia de que en los próximos dos años de gestión
el Gobierno no pretenda avanzar con iniciativas incómodas
al poder económico, como sucedió posteriormente
a los dos comicios anteriores, en 2009 y 2011
la presión para que en el período
hasta las próximas elecciones presidenciales
se instrumenten las medidas de ajuste
reclamadas por el establishment
Pueden ser cada una de esas interpretaciones
o una mezcla de ellas la que encierra la muletilla ‘fin de ciclo’
Aunque también puede ser otra no verbalizada
en la reiteración diaria de ese concepto
Una en clave socioeconómica
La pretensión es que lo que debe culminar ahora
sin esperar los próximos dos años
por eso lo afirman como si fuera algo presente
el comienzo de una nueva etapa política
a partir del resultado de elecciones de medio término,
es la aspiración de seguir avanzando en el reparto del ingreso
Ese anhelo está encubierto
en quejas de empresarios y banqueros
sobre la disminución de la rentabilidad de su actividad,
y una de las razones que esgrimen es el aumento
de los costos laborales en dólares,
eufemismo de salarios
O sea, sin explicitarlo porque saben
que no es simpático,
quieren fuerte devaluación, contención salarial y,
por lo tanto, revertir las mejoras
en la distribución del ingreso
El análisis sobre la rentabilidad empresaria
tiene un abordaje histórico y otro en término
de la esperada para los próximos años
El ciclo kirchnerista
ha permitido una recuperación acelerada
de la actividad económica
con utilidades elevadas en diferentes rubros
Para el empresario y banquero
esas ganancias son el pasado
Por eso la apelación del Gobierno
acerca de que la han levantado con pala
durante estos años para inducirlos
a una mayor vocación inversora no tiene efectividad
Lo que les interesa
es cuánto podrán ganar en adelante
por la revitalizada puja distributiva
Esta es la tensión central
del actual momento económico,
con su correspondiente expresión
en la arena electoral
Está en disputa cuál será
el dinamismo
de la distribución de la riqueza
en los años siguientes
En esa línea, enajenados por el repiqueteo diario,
un sector del empresariado asume como propio
el discurso ortodoxo de la necesidad
de una brusca devaluación de la moneda
y el ajuste fiscal vía reducción de subsidios
y contención del salario,
medidas que afectarían el nivel de su actividad
asociado con la fortaleza del mercado interno
La reducción de subsidios a los sectores medios y bajos,
alentada por una concepción conservadora de las cuentas fiscales,
implicaría un menor ingreso disponible
Si se agrega limitar la negociación paritaria
con el argumento del estrechamiento de la rentabilidad,
el sendero propuesto es disminuir el ritmo de crecimiento económico
por debilitamiento de la demanda interna
La depreciación brusca del tipo de cambio,
o sea desplazar la actual política de administración cambiaria
por una variación fuerte e inmediata de la paridad,
reduciría el salario y lo que eso significa en materia social
Esta medida sólo beneficiaría a los grupos empresarios
con estrecha relación con el mercado internacional,
puesto que ellos consideran al salario como un costo de producción
y no una variable relevante de la demanda agregada
impulsora del crecimiento del mercado interno
De esa forma pueden desligar el destino
de su actividad de la situación laboral y económica local
La preservación de elevados niveles de rentabilidad futura
puede obtenerse mediante inversiones que incrementen la productividad,
opción de mediano plazo, o reduciendo la incidencia del salario
en el cuadro de resultados
Esto último pueden lograrlo a través de acuerdos paritarios
a la baja en términos reales, escenario complicado de desplegar
debido al fortalecimiento de la organización sindical y bajo desempleo,
o forzando una brusca devaluación.
La vía cambiaria ha sido el mecanismo
más eficaz de redistribución regresiva
del ingreso en democracia
en la última dictadura fue con represión,
congelamiento del salario, devaluación y liberalización de los precios
Las opciones del poder económico se han estrechado
No están hablando
entonces del fin de un ciclo político
Esa definición
expresa en realidad
el deseo de terminar
con la pretensión de seguir
mejorando
el reparto de la riqueza
Alfredo Zaiat
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-231683-2013-10-20.html
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