El sol caía a plomo
sobre la Plaza de Mayo
cuando inesperadamente
enormes columnas de obreros
comenzaron a llegar
Venían con su traje de fajina,
porque acudían directamente
desde sus fábricas y talleres
Frente a mis ojos desfilaban
rostros atezados, brazos membrudos,
torsos fornidos, con las greñas al aire
y las vestiduras escasas cubiertas de pringues,
de resto de brea, de grasas y de aceites
Llegaban cantando
y vociferando unidos en una sola fe
Un pujante palpitar
sacudía la entraña de la ciudad
Era el subsuelo de la patria sublevado
Era el cimiento básico de la nación que asomaba,
como asoman las épocas pretéritas de la tierra
en la conmoción del terremoto
Éramos briznas de multitud y el alma
de todos nos redimía
Presentía que la historia
estaba pasando
junto a nosotros
y nos acariciaba suavemente
Lo que yo había
soñado e intuido
durante muchos años,
estaba allí
presente, corpóreo,
tenso, multifacetado,
pero único en el espíritu conjunto
Eran los hombres que están solos
y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación
El espíritu de la tierra
estaba presente
como nunca creí verlo
Corría el mes de octubre de 1945
Raúl Scalabrini Ortiz
MEMORIA
espacio abierto
espacio abierto
No hay comentarios:
Publicar un comentario