Se vienen
multiplicando en todo el país las movilizaciones
marchas, tomas de recintos
universitarios y colegios, cortes de caminos,
huelgas y otras manifestaciones
de protesta
que abarcan amplios y diversos sectores sociales
La demanda social afecta
no
sólo a la derecha política y empresarial
que está hoy en el gobierno
También interpela a la
coalición opositora
que gobernó durante 20 años
y que pretende escabullir su
responsabilidad en problemas
que tienen su origen en la desigualdad
que
caracteriza a la sociedad chilena
El endeudamiento
desmesurado,
los bajos salarios, la inestabilidad laboral,
las alzas de precios
de los alimentos, la pésima atención de salud,
las dramáticas carencias
habitacionales, la carestía del transporte
y una educación discriminatoria que
niega todo futuro
a la inmensa mayoría de los jóvenes
Las
expresiones de malestar registran el rechazo
a un modelo de sociedad basado en
el lucro
y en el individualismo;
además cuestionan una institucionalidad sorda
que
impide la participación ciudadana
En otras palabras, el modelo
institucional vigente en Chile
es incapaz de resolver los profundos problemas
y
las vigorosas demandas ciudadanas,
que requieren otro enfoque social y
político
todo marcha bien y no hay porqué preocuparse
Sin embargo, el malestar
social
-que ya se tomó la calle-
está diciendo que esas cifras son un espejismo
a espaldas de la sociedad real
La segmentación y
polarización social
aumentan sin cesar
La Izquierda comienza a
reorganizarse
pero aún no recupera la fuerza, la confianza en sí misma
y la
claridad ideológica necesarias
para entrar a disputar el poder
No será fácil, y habrá que
emplear toda la fuerza necesaria
para alcanzar objetivos de ese tipo
Pero ellos permitirían trazar
un camino de fortalecimiento
y autonomía para derrotar finalmente al modelo imperante
.
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