Relatar un cambio de época
no es cosa sencilla
Desde la historia futura
se escribe en tiempo presente
Un historiador tiene la oportunidad
de juzgar las consecuencias
de uno o varios hechos de modo reposado
El participante, en cambio,
debe actuar casi por instinto,
separando lo anecdótico y lo trascendental
de una situación,
mientras las cosas suceden sin respiro
Es difícil acertar en tiempos convulsionados
Un cambio de época
es la transformación radical
de los paradigmas existentes
Hay un orden que entra en crisis,
una manera de entender el mundo
que es suplantada por otra
una realidad diferente a la conocida
que comienza a vislumbrarse
como sistema triunfante
El avance no es lineal, es oscilante
El sentido de lo que ocurre no es plano,
tiene bajorrelieves
La velocidad no es continua,
hay aceleraciones y frenadas bruscas
Pero algunos advierten por olfato,
por lectura, por señales,
que el proceso es indetenible
Porque al presente
hay que verlo desde el futuro
Libre interpretación de
espacio abierto
sobre un artículo de
Roberto Caballero
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