Ni el más imaginativo
de los analistas
podría haber previsto
que en menos de 48 horas
se esfumarían, casi literalmente,
los efluvios del acto electoral
Y que haya sido así encierra
una de las conclusiones más profundas
que dejaron las urnas
Tiempo Record
Uno de los principales editorialistas
de la vocería mediática opositora
escribió ayer que el Gobierno pasó
“de una derrota notable a una victoria enorme”
Su artículo es
un relevo de pruebas a confesión de partes
como pocas veces debe haberse visto,
con ese nivel de violencia retórica explícita,
desde uno de los órganos que presumen
de independencia periodística
El hombre dice que nadie se explica
por qué estos jueces le hicieron este favor a la Presidenta
Sólo eso sobraría, para eximirse de todo otro comentario,
desde el momento en que juzga una sentencia judicial
como exclusivamente medible en especulación política
y no por su análisis técnico y de volumen democrático
Pero tan aparatosa conclusión no le bastó
y afirma luego que
el fallo de la Corte
sacó a los triunfantes líderes opositores,
con un golpe preciso, del centro de la escena
¿cuán “notable”
fue la derrota oficialista
y cuánto de potentes
son los “líderes” (?) triunfantes
si no son capaces de sobrellevar
una sentencia adversa?
Esa “paliza” sufrida por el kirchnerismo,
o esa ratificación de que sigue siendo la fuerza nacional más sólida;
ese Sergio Massa que volvió a emerger
como la gran chance de restauración conservadora,
o ese mero alcalde de Tigre al que le aguarda la superación
de saber rejuntar voluntades en comicios legislativos de escala intermedia;
esa renovada derrota del oficialismo en los distritos decisivos
o esa percepción que para las elecciones presidenciales,
duraron mediáticamente lo que canta un gallo
La oposición tan presunta y gallardamente vencedora quedó en orsay,
empezando por la mudez semántica del alcalde tigrense,
continuando por Elisa Carrió como la única desorbitada
que anunció promoción de juicio político contra el presidente de los supremos,
y rematando con unos periodistas que fueron a la OEA
a quejarse de que están amenazados porque tienen todos los recursos
para decir todo lo que se les antoja
¿Cómo fue que pasó esto?
¿Cómo es que un episodio judicial liquida,
al toque, las repercusiones de una votación general
caracterizada cual comienzo de fin de ciclo?
Obvio que fue y es porque resultó perdedora
una corporación notable, emblemática, enormemente poderosa
Pero mucho antes que eso debe tomarse nota de qué le ganó,
no importa si de manera total o parcial
Le ganó una firmeza,
una vocación
Eso es lo que ganó
Y porque ganó esa épica
es que un veredicto electoral
puede aparecer evaporado,
debido a que lo macizo no es lo pasajero
sino la reconstrucción de un sentido colectivo
más justo y solidario
A la altura significativa
de haber bajado el cuadro de Videla,
de la Asignación Universal por Hijo
o de la reestatización de YPF,
el fallo de la Corte
acompaña lo bueno que le pasó
a la Argentina desde 2003
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