Como debieron reconocerlo
las principales espadas
del periodismo opositor
ella es el centro
de la política argentina
y del poder
Estimaron que la ausencia de Cristina
podía provocar un vacío de poder,
se regodearon con la suerte de “carnicería” interna
capaz de desatarse entre individualidades y sectores gubernamentales,
dejaron correr diagnósticos de psiquiatría electrónica
Pronosticaron que era dable prever
cambios sustantivos en el mercado cambiario,
vista la sangría de reservas monetarias
podía provocar un vacío de poder,
se regodearon con la suerte de “carnicería” interna
capaz de desatarse entre individualidades y sectores gubernamentales,
dejaron correr diagnósticos de psiquiatría electrónica
Pronosticaron que era dable prever
cambios sustantivos en el mercado cambiario,
vista la sangría de reservas monetarias
Y cuánto más
debiera serles exigible acertar en
algo,
por una mera cuestión de credibilidad,
de autoestima profesional
El tema es...
que no se trata de eso,
sino de crear o acentuar
un clima
adverso,
bajoneante, desgastador
Los títulos principales de diarios y portales citaron
que se pondrán más límites a los dólares,
hincados en el imaginario espantoso
que eso suscita en alguna clase media
y como si el centro del universo fuese
que habrá restricciones para importar autos
o reventar la tarjeta de crédito en el exterior
que se pondrán más límites a los dólares,
hincados en el imaginario espantoso
que eso suscita en alguna clase media
y como si el centro del universo fuese
que habrá restricciones para importar autos
o reventar la tarjeta de crédito en el exterior
También se ha dicho demasiado que todos
los demás son comentaristas, y
así es
Sea porque le puso blanco al luto,
porque se corrió de cámara y
volvió con un perro chavista
que parece de peluche y que le mordió el
pelo
y que en una de ésas le hacía pis,
porque algunos o varios dijeron
que se había transformado en una planta
o porque la mandaron a guardar
antes de tiempo
Sea por lo que fuere,
todos atrás de ella
Cristina
dejó que dijeran lo que quisieran,
volvió, los entretuvo con el perrito,
el pingüino artificial y la exhibición oronda
de que para verla
transformada en un potus faltaría bastante
Al rato, al ratito, estaba
el vocero presidencial
anunciando que sale éste y entra este otro
Una
larga fila de gilastrunes
se quedó otra vez con la boca entreabierta,
a
la vana espera de algún vegetalismo presidencial
o de una mujer cansada,
impedida por “la capocha”,
con ganas de reposar
Los jodió
Les dijo,
mandó, algo así como
“pongo a este ‘marxista’
a manejar la economía
y a
este brillante tecnócrata pejotista
a tripular el oro y el barro”
Les
dijo que si tienen algo mejor,
que lo traigan
Y lo único que recibió
como respuesta,
según lo habitual, es la nada
Y un día volvió
y como
debieron reconocerlo
principales espadas del periodismo opositor
ella es el centro
de la política argentina
y del poder
Eduardo Aliverti
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