La CGT, el movimiento obrero organizado, es un aliado clave sin el cual todo se volvería más difícil y, tal vez, inviable. Eso lo saben los eternos conspiradores y buscan, con estos golpes de efecto mediático, romper esa alianza que es la que marca la clave de la hegemonía kirchnerista en el mapa social, político y cultural argentino. Ricardo Forster
jueves, 24 de marzo de 2011
No hay que confundirse y saber hacia dónde dirigir las críticas
El kirchnerismo es la mejor garantía para sostener a mediano y largo plazo un proceso ya no sólo de restitución de derechos sino que, a su vez, avance hacia una mayor centralidad e importancia de los trabajadores a la hora no sólo de redistribuir mejor la renta sino de abrir los espacios de poder político
La CGT, el movimiento obrero organizado, es un aliado clave sin el cual todo se volvería más difícil y, tal vez, inviable. Eso lo saben los eternos conspiradores y buscan, con estos golpes de efecto mediático, romper esa alianza que es la que marca la clave de la hegemonía kirchnerista en el mapa social, político y cultural argentino. Ricardo Forster
La CGT, el movimiento obrero organizado, es un aliado clave sin el cual todo se volvería más difícil y, tal vez, inviable. Eso lo saben los eternos conspiradores y buscan, con estos golpes de efecto mediático, romper esa alianza que es la que marca la clave de la hegemonía kirchnerista en el mapa social, político y cultural argentino. Ricardo Forster
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