espacio abierto
esto escribíamos el 7 de julio
Cumple 90 años "maestro" de la guitarra don Eduardo Falú
"el hombre es tierra que anda
todo lo que uno tiene adentro y entrega en el arte
es lo que su tierra le dió para nutrirse"
de Salta al mundo
"No podía subestimarse a la gente
Pusimos poemas dentro de las canciones
Esas letras eran como cantos rodados,
andaban de boca en boca,
se prendían al recuerdo y el corazón del pueblo"
Sus composiciones nos cuentan
historias de los mineros bolivianos,
los trabajadores en las zafras,
los barqueros del Río Paraná
otras canciones nos relatan aspectos
más universales de la humanidad:
amor, muerte, soledad, coraje y la injusticia
en el género épico de algunas de sus obras
se refleja la herencia de viejas tradiciones
"el mejor premio
es el que me da la gente
con su aplauso"
"y no me lo quedo como un aplauso para disfrutarlo con egoísmo,
lo siendo como un aplauso para mi país, para mi provincia"
"Siempre sostuve que la música es importante,
pero si no estuviesen estos poetas
magníficos
que pintaban el paisaje con señorío,
hoy mi obra no sería
popular" Con comienzos como autodidacta pero formado
después en la escuela
clásica de la guitarra en Metán, Salta,
Falú decide radicarse en Bs
As a partir de 1945, ciudad en la que reside actualmente
y desde
donde desarrolló su actividad artística y compositiva
Desarrolló también su labor en
la
Sociedad de Autores y Compositores (Sadaic),
de donde fue presidente
varios años
Hoy la guitarra se viste de luto
Palabras a mi guitarra
Una mujer parece mi guitarra
De mi dolor le se confidenciar
Me da su voz, la templo con cariño
y mi caricia la quiere despertar
De mi dolor le se confidenciar
Me da su voz, la templo con cariño
y mi caricia la quiere despertar
En el hondón sonoro de su caja
Calandrias tibias lloran soledad
La voy soltando al rumbo de los vientos
Para dejarles el canto en libertad
Guitarra oscura, mi compañera
en tu madera me quiero recostar
Una mujer parece mi guitarra
Ardiente voz madero musical
Toda la tierra canta por su boca
Cuando pulsando la quiero interrogar
Ardiente voz madero musical
Toda la tierra canta por su boca
Cuando pulsando la quiero interrogar
Aires de zamba laten en su adentro
Milongas viejas suele recordar
Yo le pregubto y ella me responde
Con voz madura de campo y soledad
Guitarra oscura, mi compañera
en tu madera me quiero recostar
Tal vez un día cuando me muera
Sus cuerdas tensas me vengan a cantar
Eduardo Falú
Se fue a tomar unos vinazos con Jaime Dávalos que lo extrañaba un montón en el comando celestial
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